Introducción a la asignatura 2015-3

 
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El diseño de información ha ganado relevancia tanto en el entorno de los medios de comunicación como en la malla curricular de los programas académicos de diseño.  Como lo expresa el profesor de ciencias del lenguaje Patrick Charaudeau, en la introducción de su libro El discurso de la modernidad, la construcción del espejo social (2003), “Información, comunicación y medios son las palabras claves del discurso de la modernidad.”(Charaudeau, 2003:11). Sin duda alguna estas palabras clave que menciona Charaudeau se han puesto de moda y se asume que se definen por si mismas, lo que incide notoriamente en una baja comprensión del impacto que cada una de ellas en nuestro entorno actual. El tratar estas cuestiones nos lleva a delimitar cada una. Tanto la información como la comunicación son nociones que remiten a fenómenos sociales, por otra parte, los medios, entendidos como tecno-logias en las cuales emergen culturas, se han constituido en soportes institucionales que acogen estos conceptos para integrarlos en sus diversas lógicas: económica, tecnológica y simbólica. No es de extrañar entonces el porque de su alta demanda en entornos como la política, el mundo financiero, el marketing, la ciencias duras y las humanidades. En ese intercambio social regulado y las representaciones que se encuentran en la lógica simbólica, sobre todo en lo que a la creación y manipulación de signos.

Definido como un conjunto de herramientas analíticas y estéticas que permiten procesar la información para ser usada con eficiencia y eficacia, el diseño de información se ha posicionado altamente en el entorno transmedia que estamos inmersos, precisamente por que, como lo señala el profesor Robert Horn, el DI establece conexiones entre la información y el pensamiento humano de manera holística. Esto permite, como complementa Horn, detectar patrones que permitan crear documentos comprensibles, sistemas de interacción idóneos y espacios informativos altamente navegables.  Brenda Dervin, profesora de comunicación en la universidad de Ohio, señala que el diseño de información se debe analizar en términos de comunicación, es decir desde su comprensión como fenómeno social. Dervin  señala que “en un pasado la información se consideraba simplemente como la descripción de una realidad ordenada, mientras que en el Renacimiento, las habilidades y la tecnología aumentaron la información disponible. En el siglo XIX, el orden de la información y de la realidad y de la información sobre ésta, fue desafiado por las diferencias culturales, personales y espacio-temporales. En el siglo XX, la información se presentaba como un instrumento de poder por su papel en la toma decisiones. Además, se cuestionó la creencia de que bajo la información subyacía una realidad ordenada.” (Dervin, 1999). Dominique Wolton, director de investigación en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia, en la introducción de su libro Informar no es Comunicar (2009), esboza una proyección en la cual, tanto la comunicación como la información, establecen interconexiones que pueden trazar, al mismo tiempo, ciertas fisuras provocadas por la especulación mediática, la velocidad de circulación, la ausencia de control, la falta de regulación y la omisión de la utilidad; características propias de nuestro entorno actual.

Estas interconexiones entre la información y la comunicación han sido ampliamente debatida en las escuelas y tradiciones del campo de la comunicación  y los medios. Charaudeu sostiene que: “La información es esencialmente una cuestión de lenguaje, y el lenguaje no es transparente (...). Incluso la imagen, que creíamos era la más apta para reflejar el mundo tal como es, tiene su propia opacidad que descubrimos de forma evidente cunado produce efectos perversos (imágenes humanitarias) o se pone al servicio de una falsedad (...)” (Charaudeu, 2003).

El diseño de orientación gráfica, enlace coyuntural entre información y comunicación, esta focalizado, mas allá de brindar herramientas y nuevos saberes, a repensar el impacto del diseño, el saber académico y la experiencia, confrontando a su vez la teoría y la práctica, lo imaginario y lo real; logrando de esta forma potencializar el rol del diseñador como un agente que moviliza recursos para generar un cambio en el pensamiento de quien recibe la información misma. Es también importante tener presente que trazamos un recorrido en el que, precisamente, la información puede ser verídica como engañosa; la sospecha es parte esencial para sobrevivir en el extenso campo de los datos y requiere recordar ciertas nociones propias de la Galaxia Gutenberg (concepto introducido por Marshall Mcluhan) en el espacio acústico se recupera en el espacio visual, tan relevante para la cultura de la imagen.

El orientador gráfico opera en un radio que cubre los aspectos que inciden en la cotidianidad, infiere en las acciones mismas que realizamos constantemente, condiciona nuestra forma de organizar nuestra rutina, nos invita a deambular y recorrer con un alto grado de observación y sensibilidad para percibir los cambios que suceden en el espacio y el tiempo; y sobre todo despojarse de los prejuicios para comprender la realidad con una mirada mas amplia, concreta y funcional.  La orientación representa la articulación de la expresión y la funcionalidad, construyendo así un puente, una mediación, entre el emisor y su mensaje para que sea mas comprensible y accesible.  Como lo afirma David McCandless los datos son el nuevo suelo.

El medio en la oscuridad: la infografía en la era de la convergencia

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Por Boris Greiff / Diseñador gráfico UJTL /Magister en Estudios Culturales PUJ/ docente hora cátedra. 

“Comprender algo es comprender su topografía,
saber cómo trazar su mapa.
Y saber cómo perderse.”
Susan Sontag

Toda la tecnología tiende a crear un nuevo entorno humano... Los entornos tecnológicos no son meramente pasivos recipientes de personas, son procesos activos que reconfigurar
Marshall Mcluhan

Toda tecnología posee una filosofía que se expresa en la forma en que esa tecnología consigue que la gente utilice su mente, en lo que consigue que hagamos con nuestro cuerpos, en cuál de nuestros sentidos desarrolla, en cuál de nuestra tendencias emocionales e intelectuales desecha.
Neil Postman

Introducción
la infografía ha ganado cierta relevancia en el entorno de los medios de comunicación y, particularmente, en la malla curricular de los programas académicos de diseño,  sin embargo esto no representa una relacion directamente proporcional respecto a la comprensión de la misma. La  consecuencia directa de esta situación son las fisuras y quiebres que se detectan en las definiciones y apropiaciones que se hacen de la infografía, en especial cuando son ajustadas según el lugar de enunciación y los sujetos que la enuncian, suscitando una nebulosa discusión que gravita sobre los campos de la comunicación y la información, excluyendo, paradójicamente, al diseño. No es la primera incursión que se realiza sobre este escabroso terreno, ya han sido varias. Una de los primeras exploraciones fue realizada por el infografista británico Nigel Holmes. Entre sus publicaciones destacan Designer's Guide to Creating Charts and Diagrams (1984), Designing Pictorial Symbols (1985 con Rose DeNeve), Pictorial Maps (1991) y Best in Diagrammatic Graphics (1993); en ellos se puede detectar una noble intención por parte de Holmes en tratar de fijar los primeros nodos del debate, adscrito a la tradición del periodismo, dejando relegado al diseño referenciado como conjunto de herramientas formales. La segunda exploración fue emprendida por periodistas que tomaron las riendas para amplificar el potencial periodístico de la misma. Esto dio como resultado un robusto corpus para la infografía con trabajos como La infografía: usos y técnicas periodísticas (2002) del español José Luís Valero Sancho, La infografía periodística (2001) del venezonalo Carlos Abreu Sojo, los artículos publicados en España por la Revista Latina de Comunicación, dirigida por José Manuel de Pablos y finalmente Infografía 2.0 del Español Alberto Cairo; el debate amplio los márgenes y estableció forzadamente sus alcances.  esta cuestión se vio nutrida desde la creación de los premios Malofiej en 1995. En sus memorias impresas varios infografistas – espécimen derivado de esta práctica – han marcado nuevos nodos en la cartografía de este territorio, buscando el norte para el presente y el futuro de periodistas y diseñadores. Así las cosas, este crisol de las miradas, desde hasta Cairo, ha tratado de precisar esos nodos en la rugosa topografía de este inexplorado terreno.

En el marco de la guerra del golfo pérsico, la infografía – en su fase embrionaria  – logró ampliar su margen de circulación y recepción, poniendo en boca de todos el termino gráficos informativos, rebautizándola con el acrónimo infografía derivada de la voz inglesa infographics. El impacto generado por Internet y el auge de la multimedia no se hizo esperar, esta coyuntura tecnológica permitió a la infografía entrar en lo que Henry Jenkins ha llamado convergencia mediática,  lo que a su vez marca un cambió en los paradigmas de producción y consumo de periódicos y noticieros. El desafío impuesto por la coexistencia entre el medio impreso y el medio digital, nos lanza a problematizar su condición, tomando distancia de las erróneas interpretaciones que se han asumido en los programas de diseño gráfico, tomando en cuenta las ideas propuestas por la ecología de los medios. Vale la pena recuperar las propuestas de Alberto Cairo, quien en su mas reciente libro The Functional Art (2011), logra deconstruir los limites dados por el periodismo, ampliando la mirada al incluir los aportes hechos desde de la neurociencia y la psicología cognitiva en torno a la producción y recepción de la misma, incorporando un abordaje científico que no se había contemplado previamente. En este nuevo dialogo la infografía ingresa en un entramado intercultural donde se articulan la ciencia de la información y el humanismo de la comunicación. Esto también demanda una necesidad apremiante en trazar los limites y alcances que ha tenido,  interrogándola así misma para construir un modelo heurística que ayude a determinar un conjunto de leyes que ayude a determinar su futuro inmediato, en especial sobre el eje comunicación-información y ampliar de paso, el papel del diseño en su producción.

Fotograma correspondiente al episodio 25 de Star Trek The Devil in the Dark (1967)

Sin duda lo anterior me hace recordar uno de los tópicos recurrentes del space opera, subgénero emergente de ciencia ficción clásica, consistente en el encuentro con una “extraña criatura” incomprendida, la cual establece contacto telepatico con algunos de los protagonistas que despiesrta cierta sensibilidad frente a ella. Siguiendo esta línea quiero citar un episodio de la serie Star Trek[1] (1966-1967), creada por Gene Roddenbery[2] para la cadena NBC, que sirve como ilustración sobre lo expuesto anteriormente. En el episodio 25 de la primera temporada, titulado El diablo en la oscuridad (1967), la tripulación del Enterprise – integrada por el capitan James T. Kirk, el primer oficial Spock, el doctor McCoy y la teniente Uhura; por mencionar a los más relevantes – es enviada a una colonia minera, especializada en extraer un valioso mineral llamado pergio, con el fin de investigar la aparición de una criatura que ha asesinado a 50 mineros con una corrosiva substancia (silicio), acabando poco a poco con el equipo de la mina. Llama la atención que, al inicio del episodio, en el escritorio del jefe de la mina aparece una esfera – denominada nódulo – compuesta de silicio, sin valor alguno para los mineros. Sin embargo este nódulo sin valor resulta ser uno de los huevos de la criatura en cuestión. Spook, quien en la serie se presenta como mitad humano y mitad Vulcano, hace uso de lo que él llama fusión mental vulcana, logrando establecer comunicación con la criatura revelando que es llamada así misma Horta, la cual expresa que no ha matado a nadie y que solo quiere proteger a los nódulos.  Retomando esta expresión “criatura incomprendida”, si se sustituye  “criatura” con la palabra “medio” la frase adquiere una alta  relevancia potencializando el desconcertante relato comentado líneas atrás, esto puede brindar una luz en el camino de la profunda veta.  Aludiendo a una suerte de fusión mental con el medio mismo. Como lo señale anteriormente, es deber el debatir las apresuradas definiciones y apropiaciones que han demostrado una angustiante preocupación por estabilizar la naturaleza hibrida de la infografía, que se ha nutrido de diversas tradiciones: cartografía, estadística, dibujo científico periodismo y del diseño. Esta convergencia de tradiciones pone en entredicho esos intentos por delimitarla, a tal grado que se ha tornado en una categoría en la que todo lo que contenido esquemático se asume como tal, relegándola a los métodos tradicionales. 
Así las cosas la infografía (medio incomprendido), requiere un instrumento adecuado, que ayude a detectar esas fisuras que emergen en el rastreo sobre los debates académicos, sus figuras mas destacadas y su impacto en el entorno mediático actual. El propósito de este ensayo es, tomando en cuenta la noción de sonda en Mcluhan, recuperar algunas discusiones hechas desde el nicho periodístico y gráfico sobre la infografía y examinarla como escenario configurado por esas prácticas sociales y culturales, tratando de encontrar nuevas vetas en esta veta explorada superficialmente.


El medio incomprendido
Antes de continuar, es pertinente aclarar la noción de medio. Una de las tradiciones de la teoria de la comunicación que ha cobrado mayor importancia hoy día, la ecología de los medios, puede brindar algunas nociones. La historiadora Lisa Gitelman, citada por Henry Jenkins en su libro Covergence culture (2008), dice que el medio no solo es una tecnología que posibilita la comunicación, también opera como “un conjunto de protocolos asociados o prácticas sociales y culturales que se han desarrollado en torno a dicha tecnología” (Jenkins, 2008: 24). Por otro lado Lance Strate, en su artículo Estudiar los medios como medios: McLuhan y el enfoque de la ecología de los medios (2008), señala que “un medio no es un actor, es el escenario donde los agentes humanos interpretan su papel.” (Strate, 2008 2015. Pág 157). Neil Postman, en su discurso de apertura de la convención de la Media Ecology Asociation, celebrada en Nueva York el 16 y 17 de junio de 2000, indica que “un medio es una tecnología dentro de la cual crece una cultura” (Postman, 2000 2015. Pág 98).  En estas tres distinciones se pueden tomar las palabras tecnologia, cultura, escenario, prácticas y roles; que permiten hacer una lectura amplia sobre la nocion de medio.
Articulando lo anterior se puede re-repensar la infografía como un escenario en el que los componentes analiticos (datos, números, palabras) y los componentes estéticos (forma, color, tipografía, dibujo e ilustración) interpretan sus roles desconociendo su grado de interacción con los usuarios. Los acercamientos realizados sobre la producción de infografías se han hecho bajo la intuición y el repertorio heredado de la psicología de la gestalt, sobre todo las formas preatentivas, que sirven de caja de herramientas para ayudar a la selección adecuada según los requerimientos informativos. Si miramos la infografía a modo de palimpsesto, las capas ocultas nos remiten a una convergencia de las tradiciones heradadas por la cartografía, la estadística y el dibujo científico. Cada una de ellas esta respaldada por su legado edificado en la inteligencia colectiva y no tanto por los sujetos que las producen, en especial la cartografía, que en palabras del periodista Alberto Cairo “es una capacidad innata del ser humano” (Cairo, 2002: 18) en  cambio en la estadística y en el dibujo científico si existen autores que ayudan a definir el impacto de estas tecnologias. Los primeros indicios de infografía, según los rastreos hechos por Cairo y el peridista José Luís Valero Sancho, coinciden en el siglo XIX, lo que se podria denominar protoinfografia. Mas adelante, a inicios del siglo XX, se puede detectar que las primeras aproximaciones infograficas en la que se involucraba mas a artistas y no tanto a los periodistas, lo que produjo, en palabras  de Cairo, “el pecado original” de la infografía (Cairo, 2002:34).  Este primer rastreo esta regulado por la distinción de gráficos informativos, lo que permite reconocer ciertas cualidades que las clasifican en la categoria. Seria erroneo analizarlas como infografías, entendiendo que es un termino acuñado a finales del siglo XX, y cuyas cualidades han cambiado para ajustarse al zeitgeits informativo actual. 
Dominique Wolton en la introducción de su libro Informar no es Comunicar (2009), esboza una proyección en la cual, tanto la comunicación como la información, establecen interconexiones que pueden trazar, al mismo tiempo, ciertas fisuras provocadas por la especulación mediática, la velocidad de circulación, la ausencia de control, la falta de regulación y la omisión de la utilidad; características propias de nuestro entorno actual. Así las cosas, las interconexiones han edificado un escenario en el que emergen nuevas formas de contenidos que intentan borrar esa brecha entre el comunicar y el informar como lo es el caso de la infografía y el diseño de información, sin embargo, se hace indispensable rastrear en ello el porque privilegiar la información sobre la comunicación. Desde la mirada de Wolton, la mayoría tiende a señalar la seriedad de la información y la informalidad de la comunicación, recalcando el papel de las tecnologías acompasadas por la velocidad de producción de datos y su manipulación, generando una compleja topografía en la que cualquiera podría perderse. Es importante insistir en la posición de Wolton, que ni rechaza ni acepta el dominio de la una sobre la otra, por el contario, intenta crear un puente entre ambas, pues son indisolubles.
Siguiendo la metáfora propuesta por la ecología de los medios y las teorías esbozadas por sus mas notorios ecólogos Marshall McLuhan, Neil Postman, y Lance Strate; se podría ampliar el margen de comprensión de la información y la comunicación, generando ciertas interzonas, usando el termino del escritor beat William Burroughs, cuyos intersticios permitan explorar esa topografía que hemos visto panorámica y superficialmente. Hay que mirar entonces ese entorno creado por los medios en el que se pueden ver los nodos establecidos por el lenguaje, los signos, las imágenes y las técnicas de producción. Estos nodos a su vez despliegan un complejo entramado de relaciones que interviene notoriamente sobre la topografía en la que emerge la infografía.

La infoxicacion, mecanismo de autoprotección de la información
La infoxicación o sobrecarga informativa, termino acuñado en el entorno digital, hace referencia a contar con demasiada información para tomar decisiones o informarse sobre algún tema en particular. Esto a su vez crea una relacion de señal/ruido que dificulta la detección de información relevante ante la ausencia de un método eficaz para comparar y procesar las tipologías informativas contribuyendo así a este efecto. La primera mención a este dilema la hace Alvin Topfler en su best seller El Shock del Futuro (1970). Teniendo presente estos indicios, y el saber que hemos concentrado nuestros esfuerzos en la resolución formal y no en la reflexión análitica de los datos extraídos de la mina virtual, es necesario crear una mirada consistente de la infografía que permita explorar la apropiación de un lenguaje retórico personal, que le brinde al infografista, espécimen resultante de este medio, la posibilidad de encontrar un discurso visual, sin embargo esto ofrece desventajas a mediano plazo, evidenciada en la poca participación de la infografía en los portafolios de los futuros egresados de diseño. Frente a esta problemática el espacio académico se debe redireccionar con base en estos interrogantes: ¿Qué entendemos por proyecto? ¿cuál es la necesidad real que requiere del diseño de información? ¿cuáles son los problemas competentes para el diseño de orientación gráfica? ¿qué argumentación ofrece el estudiante y como lo articula en las soluciones informativas? Sin pretender cubrir el sol con un dedo, cada uno de estos interrogantes permite hacer una reflexión sobre el taller en el ciclo de formación y entender el por que y el para que de la orientación.
La poca visibilidad se debe a las pocas muestras que se han realizado, los enfoques separados de cada docente y la consistencia en el proyecto final. Frente a esto la solución parte de direccionar el taller hacia un enfoque sociológico y cultural, es decir, un taller que le permita al estudiante detectar problemáticas en la realidad social propia de la cotidianidad y resolverlas con el diseño de información. Desglosando un poco la madeja se puede pensar en como el estudiante percibe y recupera información que capta de su entorno, visibilizando la realidad de los esquemas sociales, culturales, económicos y de paso políticos del entorno.
Mientas otras asignaturas se enfocan en áreas cercanas a las demandas del mercado como el marketing y branding; la orientación debe apuntar en la comunicación concreta, es decir ausente de ornamentos innecesarios y centrada en los usuarios, las personas que se verán beneficiadas por su trabajo. En otras palabras el objetivo de la orientación esta en la alfabetización, la divulgación del conocimiento y el reconocimiento de la realidad social y cultural local y global. En este sentido es pertinente tomar en cuenta que la competencia periodística –el cuestionar la naturaleza de las cosas – debe ser el énfasis, sobre todo esos son los que conozco que pueden ayudarte con el tema de un buen mural en la preproducción de las mismas.
A la luz de estas evidencias se propone el siguiente esquema:  a) conocer y comprender el alcance de los primeros sistemas de comunicación que desarrollo el ser humano, en especial el desplazamiento de lo mágico-ritual a lo funcional y comunicativo. b) La retórica como herramienta esencial para la construcción de sistemas pictograficos, leyes de la gestalt y formas de representar categorías de información. c) El sistema pictográfico.  d) la narración y los instructivos. e) elipsis y juegos de espejos. f) la cartografía y las formas de domesticar el espacio. g) la visualización de datos. g) la infografía y las formas de visualizar información usando métodos analíticos que permitan verificar y contrastar los datos recaudados y convertirlos en información. Es tambien necesario reevaluar ese instrumento que se ha centrado en comprender la infografía como técnica, usando métodos periodisticos, tales como el esquema 5W+1H (What, When, Where, Who, Why y How) enfatizando, como lo señala Cairo “en la estetica y no en lo analitico” (Cairo, 2002: 26).

Trabajos citados

Cairo, A. (2002). Infografia 2.0. Madrid: Alamut.
Cairo, A. (2011). The Functional Art. New York: New Riders.
Scolari, C. (. (2015). Ecología de los medios. Barcelona: Gedisa.
Valero Sancho, J. L. (2001). La infografia: usos y tecnicas periodisticas. Barcelona: Alamut.
Jenkins, H. (2008). Convergence Culture. Barcelona: Paidós
McLuhan. M; McLuhan E. (1990). Leyes de los medios, la nueva ciencia. México: Alianza Editorial
Wolton, D. (2010). Informar no es comunicar. Barcelona: Gedisa





[1] En Latinoamérica se tradujo como Viaje a las Estrellas, emitida por la televisión colombiana en la primera mitad de los años 80.

[2] Eugene Gene Wesley Roddenberry (1921 - 1991) director y productor estadounidense, mundialmente conocido por series de ciencia ficción, especialmente por Star Trek. Esta larga franquicia que nació en 1966 ha perdurado hasta hoy con el estreno de sus película dirigidas por J. J. Abrahams.