Bienvenidos a D.O.G 2014-3

 


Vivimos en una realidad que ha sido moldeada por el diseño. Los productos que compramos, que leemos, que consumimos y que, lastimosamente, desechamos han pasado por el quirófano del diseño. Hemos aprendido a naturalizar todo aquello que edifica nuestro andar, nuestra percepción y nuestra autonomía. Parece que el ojo, a diferencia de los demás sentidos, se ha empoderado en los planes industriales y mercantiles, la publicidad misma lo alimenta con deseos innecesarios, fagocitando todo a su paso. También es cierto que nuestra realidad es cada vez mas acelerada, su vida útil es efímera, nada puede detener el apabullante paso del tiempo-consumo. En resumidas cuentas, el diseño ha sido moldeado no solo por los intereses mercantiles, también por las llamadas tendencias que vienen y van en la repetición histórica y sus sutiles variantes. La rueda gira, la desinformación crece, la superficialidad se reproduce y el gusto ya no discierne con la misma objetividad; lo que nos conduce a una sociedad en permanente entropía.

Ante esta patología solo existe una cura: estar bien informado. Pero ahí viene la sospecha que cierne a unos pocos ¿qué significa estar bien informado cuando los medios mismos son superficiales y sus contenidos caducan en el instante mismo que se presentan? Sin lugar a dudas nuestras mentes están capacitadas para reconocer los patrones, organizarlos, tabularlos y encontrarles un sentido según nuestros requerimientos, siempre miramos a la luz de una pregunta, por mas elemental que esta sea. De cierto modo habrá que preguntarnos ¿cuál será la estrategia y las tácticas que ayuden a combatir ese estado entrópico? ¿es el diseño de información la salida que cuestiona o la entrada que reproduce el orden establecido? Quizás la respuesta habite en cada dispositivo, post, trino o correo que enviamos, asistiendo a una muerte en el sentido simbólico de la autonomía, la creatividad y la espontaneidad; nuestras mente y energía parecen pertenecerle a la tendencia, a la caducidad acelerada y a lo efímero.  

En los términos descritos anteriormente, se nos revelan las claves que han potenciado el desarrollo de lo que conocemos como visualización de datos, grafica diagramático, esquemática, imagen didáctica e infografía. Todo un repertorio de herramientas que nos permiten navegar, modificar y cuestionar los signos, los patrones y las relaciones que han tejido nuestras acciones, inmersos en la cotidianidad misma de las funciones y las formas.

Bien lo dijo hace mas de un siglo el arquitecto Louis Sullivan en su artículo, titulado “El Edificio Alto de Oficinas Artísticamente Considerado.” afirma algunas ideas innovadoras para su momento como: todas las cosas en la naturaleza tienen una forma que expresa su vida interior y cuando se analizan revelan la "esencia de las cosas… Cuando la función no cambia, la forma no cambia… Es la ley que impregna todas las cosas… La forma siempre sigue a la función…. Es la ley. Lo que existe en el espíritu busca y encuentra siempre su contraparte en la forma, su imagen visible". Esta frase “de camiseta” es una excusa valida para plantear una reflexión que nos lleve a pensar sobre la razón del diseño – nuestro interés por antonomasia – y lo que representa este en una línea de pensamiento unidireccional, racional y univoco como el que promueve el orden global. La frase en si misma  produce una tensión que  valdría la pena revisar precisamente en la manera que usa los términos forma y función, dos palabras derivadas en campos opuestos de la ciencia: la biología y la psicología ¿cómo puede ser factible una armonía tan apacible y natural entre estos? En lo que si coinciden es en que son producto de la mayor tecnología que ha producido el ser humano: el lenguaje.