Sobre el valor de la información en la hipermodernidad


¿Qué valor tiene la información en un mundo cada vez mas inmediato y efímero? Cada segundo que pasa recibimos y percibimos datos, en apariencia supervisados y ordenados, encapsulados en mensajes captados por nuestros sentidos, los inputs que nos dio el proceso evolutivo. Ante nuestra mirada circulan noticias, sonidos, conversaciones, aromas y texturas; toda una experiencia naturalizada en rutinas que seguimos copiosamente cada día. Ya nada nos sorprende, consideramos que todo es predecible, que ya lo sabíamos, pero eso no es del todo cierto, los conceptos revelan y ocultan datos según su pertinencia. Precisamente la primera condición de la información es suponer que se ignora aquello que se pretende informar. Quiero demostrar lo anterior exponiendo  un termino que puede ser desconocido: Umwelt
¿qué podrá significar? ¿qué define? ¿con que se puede asociar? Esto parece acoplarse a la premisa inicial de la información, es desconocido y no tiene valor inmediato salvo para aquellos que quieren “aprender” sobre esto. No esta en netflix, no es una aplicación, tampoco un tónico capilar, mucho menos un dentrífico (crema dental); esta por encima de lo anterior. Para encontrar la respuesta debemos remitirnos a la biosemiótica, una rama de la ciencia y las humanidades que surgio de los aportes del biólogo y filosofó alemán Jakob von Uexküll (1864-1944) y el lingüista estadounidense Thomas A. Sebeok (1920-2001). Con la biosemiotica,  que se interesa en la producción, la acción y la interpretación de signos y códigos en el ámbito biológico,  Uexküll demuestra que una intersubjetividad con grados de discordancia, dependiendo de las estructuras morfológicas o “Baupläne” cognitivo de los humanos y los animales superiores, esta relacionada con su entono. Cada organismo recorta su “medio circundante” (Umgebung) para configurar su “mundo circundante” (Umwelt), compuesto por el “mundo percibido” (Merkwelt) y el “mundo de la acción” (Wirkwelt) Por sencillo o complejo que sea, los grandes rasgos son estos y son tanto para un paramecio como para un caballo o un humano. En este punto aun no tiene valor alguno, no nos ha beneficiado mas allá de algunos minutos de atención y retención.
¿de que nos sirve o como puede aplicarse esto a la supervivencia cotidiana? Es cierto que han podido sobrevivir sin este concepto, no es tan indispensable como birra, transmi, cheto, socio, ñero o visaje; no abre un portal ni tampoco elimina a una horda de habitantes de la calle. Es diferente cuando uso, por ejemplo, Demogorgon. La respuesta es inmediata para aquellos que han visto la serie Stranger Things. Desde el centro de respuesta localizado en el hipotálamo, se activa la red de memoria para encontrar esas imágenes impactantes de la primera temporada. Sin embargo ignoramos una parte de esta palabra: su origen. La transacción nos lleva a darle el valor agregado que nos ayude a entender en si por que nombraron asi a la criatura. Posiblemente un error de interpretación sobre demiurgon. El Demogorgon es un personaje mítico que ha intrigado a generaciones hace siglos. Uno de sus primeros registros esta en la obra de Giovanni Boccaccio Genealogía de los Dioses Paganos. En este libro del siglo XIV se describe al Demogorgon como el posible padre de todos los dioses paganos, creador y gobernante del mundo tanto natural como sublime. Según Boccaccio, el Demagorgon tiene su origen en la antigua Grecia y era este el dios de todos las divinidades griegas (incluyendo, claro está, a Zeus y a los titanes). Aunque no existan pruebas de que su origen sea realmente griego o no, resulta interesante pensarlo como divinidad pagana medieval en la era del expansionismo del cristianismo y analizar la transformación de su entidad simbólica a lo largo del tiempo hasta la actualidad en la expresión artística. En nuestros tiempos el Demogorgon ha resurgido, retomado primeramente por el popular juego de rol Calabozos y Dragones (1974), y luego en el año 2016, con el lanzamiento de la primera temporada de la serie de Stranger Things (Netflix). La actualización y vigencia del Demogorgon trascienden en el tiempo aún hoy en nuestro contexto globalizado, tecnológico y posmoderno pues la fascinación por lo desconocido y fantástico son propios de nuestra condición humana.
Ahora el Demogorgon hace parte de nuestro Umwelt, lo hemos incorporado  a nuestra red de estímulos sonoros, táctiles, visuales y olfativos; generando vinculos para futuros desarrollos. El aula de clase  es tambien nuestro umwelt, el valle de las sombras, el otro lado. Cuatro paredes con ventanas, mesas y sillas que producen estímulos en cada uno: de afecto, odio, temor, aburrimiento; en fin, las posibilidades pueden ser infinitas según cada cual.  Puedo decir que algunos ya han memorizado esta palabra, otros le tomaran una foto al final de la clase y pasara al olvido digital, a otros ni les importara por que aun no tiene valor de cambio. Temo que mientras estoy hablando algunos se han desconectado con alguna canción que escuchan en su mente para no poner atención, algunos se entregan a los brazos de Morfeo, la madrugada es tan dura que siendo la primera clase aprovechan para cumplir con la cuota de sueño faltante, se ve aburrido eso de aprender. No es su culpa, vivimos en un entorno que avala los memes y videos virales sobre las monótonas palabras impresas escritas en tiempos de la radio y el cinematógrafo, o en su defecto se activa el mico con platillos de Homero Simpson. ¿por qué recordamos Stranger Things y los Simpson pero no recordamos el día de nuestra independencia o los gobernantes que ha tenido nuestro país? Simple, son productos que han conquistado y colonizado exitosamente nuestro imaginario, abonado desde hace mucho tiempo. Nuestra capacidad de almacenamiento responde de manera efectiva a un buen diseño de experiencia.
Entonces ¿Qué valor tiene la información en un mundo cada vez mas inmediato y efímero? El mismo que puede brindar si articula y amplifica nuestros sentidos encapsulado en un buen diseño de experiencia, su valor esta en el uso que le demos en pro de dinamizar y cambiar nuestra anquilosada rutina, crear una ruptura que ayude a cambiar nuestra percepción y nos ayude a encontrar la curiosidad perdida, la capacidad de sorpresa y el apetito por saber más.

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